Un momento...

Triforio Catedral Nueva

Desde un lugar único, desde la altura, el recorrido por la balaustrada superior de la Catedral Nueva nos permite apreciar sus amplias dimensiones, las esbeltas columnas y bóvedas que resuelven la estructura mediante arcos cruceros, terceletes, contraterceletes y combados.

Se continúa el recorrido a través de una escalera de caracol denominada de Mallorca hasta alcanzar los tejados de la Catedral Nueva.

Este andén interior, que recorre todo el perímetro de la Catedral Nueva, está a la altura del arranque de las bóvedas. Es una versión avanzada de los primitivos deambulatorios y triforios, que permiten el recorrido de las partes altas de la iglesia. Su recorrido además de acercarse a las partes altas de la iglesia, nos permite observar las diferentes soluciones constructivas de la Catedral. Nunca antes se había podido ver tan cerca las bóvedas que resuelven la estructura mediante arcos cruceros, terceletes, contraterceletes y combados, enlazando las claves ornamentadas cromáticamente y con aplicaciones de pan de oro. Se trata de un sistema estructural característico de los modelos medievales, que se mantendrá en la arquitectura española hasta bien entrado el siglo XVI.

En los muros interiores de la Catedral Nueva se abren los amplios ventanales con trazados renacentistas coronados con arco de medio punto y cerrados con la espléndida colección de vidrieras, que inundan de luz el espacio interior del templo. Una larga serie de medallones representan patriarcas, profetas y apóstoles rodean los muros del templo.

Desde el centro de la balaustrada podemos apreciar el coro de los Churriguera con la magnífica sillería de nogal, flanqueado por los órganos renacentista y barroco, y en la cabecera, la Capilla Mayor, con la imagen de la Virgen de la Asunción, escoltada por ángeles, las urnas de las reliquias de San Juan de Sahagún y Santo Tomás de Villanueva, y la preciosa bóveda de dicha capilla.

El recorrido continúa con una escalera de caracol de Mallorca que arranca en la Capilla de San Clemente, en el flanco norte de la Catedral Nueva. Esta magnífica escalera, obra de Juan Gil de Hontañón en el primer tercio del siglo XVI, se caracteriza por carecer de eje central adoptando una forma helicoidal, con un pasamanos esculpido en el muro de piedra.

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