Las dos torres a los pies de la Catedral Vieja de Salamanca reciben el nombre de Torre Mocha y Torre de las Campanas.
La primera cumplió durante gran parte de su historia el papel de torre defensiva, mientras que la segunda se encargaba de ordenar y marcar el tiempo para la comunidad. Una y otra serían ocupadas durante siglos por los trabajadores de la Catedral de Salamanca, entre ellos los campaneros y sus familias, que las habitaron hasta casi finales del siglo XX. El aspecto exterior de la Catedral Vieja, rodeada de almenas defensivas, le ganó el título de «fortis salmantina», aludiendo a esa apariencia de fortaleza